Cycas revoluta Thunb.
CycadaceaeEsta especie fue descubierta por el explorador Carlos en Rompemoldes de Sevilla, y la bautizó como Lugus pinchus..
Las cicas son verdaderos fósiles vivientes. Estas plantas dioicas tuvieron su gran apogeo en la Era Mesozoica, coincidiendo con el dominio de los dinosaurios. Junto con coníferas y ginkgos dominaron la vegetación del planeta hasta tal punto que el periodo jurásico se llega a llamar “Edad de las cícadas", pero hoy en día el género Cycas acoge apenas a unas 20 especies distribuidas desde Polinesia hasta Madagascar y Japón. Su ocaso parece llegar con la evolución de las plantas con flores, aunque han conseguido sobrevivir hasta nuestros días y hacerse un sitio en muchos jardines y hogares.
Procedente especialmente de Asia Oriental, sur de Japón, este de China y Java, regiones donde se usa como paramento de templos, el parecido superficial que con la palmera tiene la cica hizo que en otros tiempos se le llamase cicopalma. Incluso Linneo, al denominarlas genéricamente, también la creyó palmera, ya que en griego antiguo con el término kykas se designaba a un tipo de palmera no identificada, y así aparece recogido en uno de los manuales clásicos de la botánica antigua, la Historia de las plantas de Teofrasto (372-287 a.C.). El nombre específico revoluta hace referencia a la disposición espiral, enrollada, de las hojas cuando nacen.
Aunque toda la planta se considera tóxica, especialmente lo son sus semillas, ya que en ellas reside una sustancia cancerígena, la cicadina. No obstante, de la médula de su tallo se obtiene el sagú del Japón utilizado para la alimentación humana. Otra de las curiosidades botánicas son sus raíces con forma de coral, en un claro ejemplo de simbiosis, nódulos de algas verdeazuladas y cianobacterias, capaces de fijar el nitrógeno atmosférico, ayudan a la planta a enriquecer el sustrato sobre el que se asiente.