África Occidental
Grabación de ofrenda a Changó en Benin tocada con tambores batá creando polirritmias con sus tres tamaños: iyá, tambor grande; itótele, tambor mediano, y okónkolo, tambor chico. Changó es uno de los "orisha", un espíritu que refleja una de las manifestaciones de Olodumare (Dios) en la religión yoruba. Su culto se extendió desde las costas de África occidental hacia América en un viaje que incluía a puertos canarios y caboverdianos.
Los tambores batá tienen dos membranas de distinto tamaño que se golpean simultáneamente, son más difíciles de “hacer hablar” que el tambor dundun, cuyas dos membranas pueden tensarse y subir el tono del sonido resultante al golpearlo. La naturaleza del lenguaje yoruba explica el porqué sus tambores pueden “hablar”, pues muchas de las palabras con las mismas vocales y consonantes se distinguen por su tono.
Los tambores batá se construyen a partir de maderas como el guéni (Pterocarpus erinaceus), que crecen también en los bosques de la vecina Liberia, cuyos árboles más representativos fueron descritos por el alemán Gunther Kunkel y la ilustradora inglesa Mary Anne Kunkel a finales del siglo XX. Después de su periplo por África los Kunkel arribaron a Gran Canaria, donde enriquecieron durante años el conocimiento de la flora insular con observaciones, identificaciones y representaciones altruistas. En su publicación sobre árboles exóticos de Gran Canaria aparece precisamente una especie como el Ficus lyrata, el cual podemos encontrar en Doramas y que procede de África occidental.